En esta nueva sección de Mi diario en Chile recogemos los testimonios de Venezolanos en Chile y que quieren dejar huella en este diario sobre sus experiencias al emigrar.
No podía inaugurar esta sección con otro testimonio que no fuese el propio, así que comencemos.
Entrevistando a:
Es raro dirigirme a mí mismo en tercera persona pero aquí vamos.
Nombre: Ricardo Martínez.
Edad: 27 años.
Profesión u oficio: Ingeniero de sistemas.
Nivel de estudios: Universitario.
Lugar de nacimiento: Valera, aunque Margarita fue siempre mi casa.
Región de residencia: Región Metropolitana
Tiempo de residencia en Chile a la fecha: 2 años.
¿Cómo nace la decisión de irte de Venezuela?
La idea de emigrar no pasaba por mi mente, incluso teniendo a un hermano que se había ido a Argentina. Sin embargo, la situación económica poco a poco me golpeaba más fuerte y sabía que sería insostenible en un par de años (parece que no me equivoqué)
¿En qué trabajabas en Venezuela?
Hacía muchas cosas, una de ellas era un centro de aprendizaje donde se dictaban clases de nivel universitario. También trabajaba como analista de marketing digital en una empresa de servicios tecnológicos y ofrecía servicios relacionados a emprendedores, en el último año me desempeñé como profesor de un módulo del diplomado de redes sociales y community management. Era una persona que casi no paraba y es que para mantenerse ya empezaba a ser cuesta arriba.
¿Te costaba encontrar trabajo en tu área en Venezuela? ¿Tenías buen ingreso para ese entonces?
El emprendimiento iba muy bien hasta que comenzaron los paros universitarios, situación clave para analizar lo que estaba haciendo. Con respecto a las otras actividades me iba «excelente», el auge de las redes sociales ayudó a esto. Tenía el ingreso de varias actividades así que no podía quejarme de mi situación económica
¿Por qué escogiste Chile?
La «facilidad» de los trámites y la buena estabilidad económica lo hacían atractivo, además tenía varios conocidos aquí. Mi hermano estaba en Argentina, cualquier otro habría escogido ese destino, pero yo no. Necesitaba siempre un plan B en caso de que Chile no me tratará bien – Si no me fuese bien podía contar con mi hermano en un país cercano- y por fortuna mi capital me lo permitía. Si iba a emigrar la idea era sacar ganancia, y bueno ahora tengo donde pasar vacaciones e igual el.
¿Cómo está siendo tu experiencia fuera de Venezuela?
Es una experiencia genial, incluyendo todos los malos ratos que uno puede pasar, es algo que te ayuda a crecer en muchos aspectos, sobre todo si nunca has salido de Venezuela. Entender y vivir en otra sociedad y que en ocasiones tú seas no solo tu último recurso sino el único, creo que es algo que todos deben experimentar.
¿Consideras que la situación actual en la que vives es mejor que la que tenías en Venezuela?
Mil veces mejor en muchos aspectos y mil veces peor en otros. La tranquilidad y la estabilidad económica van de la mano con la lejanía de la familia.
¿Cuál fue tu primer trabajo en Chile?
Mi primer trabajo fue en un local ubicado en un mall, era una heladería/cafetería.
¿Cómo lo conseguiste?
Buscaba a diario en Yapo hasta que me llamaron, fui a una entrevista expliqué mi situación y empecé dos días después.
¿Has vivido alguna «mala situación» en todo este tiempo?
Mi primera noche en Chile la pasé en la calle junto a mi pareja. Un atraso en los vuelos hizo que la persona del hostal no nos recibiera por falta de coordinación. Llegamos a las 2:00 am con 3 o 4 grados de temperatura. Al amanecer, la persona encargada nos dijo que nos fuéramos de ahí que era sospechoso que hubiésemos estado toda la madrugada fuera de su casa. Creo que fue la peor situación por el momento en qué pasó.
¿Cuál ha sido la situación más bonita que has vivido durante tu estadía?
Trato de que cada experiencia nueva sea la más bonita, desde visitar la cordillera hasta pasear por Viña con mi hermano de vacaciones.
¿Cómo ves al venezolano inmigrante?
Somos unos amateurs en esto, creo que la mayoría no pensaba emigrar por lo que puede llegar a costarle mucho el proceso de adaptación al nuevo país. La mayoría son jóvenes que posiblemente en Venezuela no alcanzaban la independencia y no querían perder años de su edad productiva en un país en plena crisis.
¿Sientes algún tipo de frustración impotencia por la situación en Venezuela?
Por supuesto, a veces evito ver noticias de allá porque pueden dañarte el día. Vivir en el extranjero es una dualidad de sentimientos, te sientes bien y tranquilo en este país pero al mismo tiempo recuerdas que tus amigos y familia siguen allá sufriendo la debacle de Venezuela. La mayoría de las veces terminas sintiendo una culpa -absurda, pero culpa al fin- porque tú estás bien y ellos no. Estar afuera no es sinónimo de pasar la página, aunque alguien te diga que lo hizo en realidad miente, no se puede.
¿Extrañas Venezuela? de ser así ¿qué es lo que más extrañas?
Es una pregunta complicada, para mí Venezuela es y será un pedazo de tierra -aunque esa frase hiera sensibilidades- extraño a mi gente, mis amigos, mis vecinos y sobre todo mi familia pero no el lugar geográfico. Si pudiera tener los míos aquí o en la china así sea en un departamento 2×2 sentiría que estoy en Venezuela. Es un concepto del que difieren muchos, pero siempre he pensado que Venezuela es su gente en cualquier parte del mundo que estén.
¿Qué es lo más te gusta de Chile?
La tranquilidad y seguridad aunque no sea lo mejor está a años luz de Venezuela. La posibilidad de llevar tu teléfono sin el temor de que puedan matarte no tiene precio. Además, es un país donde poco a poco las cosas empiezan a depender de ti y del esfuerzo que haces, o al menos eso siento. Su gente tiene un vocación por ayudar y conocer tu historia que me resulta raro -un chileno te puede regalar una cama o una nevera de la nada-
¿Y lo que menos te gusta?
Más que no gustarme es algo a lo que no estoy acostumbrado. Al chileno le cuesta decir que no, o desde mi punto de vista le cuesta hablar de forma directa. Eso me perturba porque yo -y la mayoría de los venezolanos- somos muy directos.
¿De mejorar la situación volverías a Venezuela?
De mejorar las cosas allá hablamos de unos 20 o 30 años, probablemente a esa edad iría solo para comerme una catalana en Playa Parguito. Pero uno dice que no y el de arriba se ríe.
¿Te imaginaste alguna vez en el pasado tu situación actual?
Nunca, emigrar nunca pasó por mi mente a la hora de hacer planes.
¿Un mensaje para los que se quedaron en Venezuela?
Les digo que no todo el que emigra triunfa ni todo el que se queda fracasa. Sé que es duro vivir la situación actual del país pero en momentos así es bueno darse cuenta que a veces lo tienen todo -amigos y familia-
¿Un mensaje para los que están en tu misma situación?
Que tengan paciencia, que vinimos a ser felices más allá de poder comprar cosas y vivir tranquilos. La felicidad no es tranquilidad y muchos sacrifican la primera, terminan viviendo en un «mejor lugar» pero amargados por el clima, por la gente, porque no pueden adaptarse. Si viven así es mejor buscar otro destino o volver a casa.
Y por último, ¿un mensaje para los que piensan en emigrar?
Investiguen, coloquen en una balanza los motivos para irse o quedarse y tomen la decisión. La planificación no es el éxito asegurado pero ayuda. La vida del emigrante no es la que vemos en Instagram, y a pesar de que todos te digan que no es fácil no lo entenderás hasta que estés aquí. Al emigrar cambias unas cosas por otras y debes estar consciente de ello. Quisiera decirte que si lo haces pronto podrás regresar. pero es tan incierto el futuro que mejor te digo que seas la mejor versión de Venezuela en cualquier destino que elijas.
FIN.
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Emprendedor, ingeniero, profesor, comediante. Hablo sobre marketing digital con o sin cerveza. Creo que el karma rige nuestras vidas y la mayoría de las veces soy políticamente incorrecto